lunes, 28 de octubre de 2013

El Centro Cívico Vicente Escudero exhibe 28 dibujos originales del bailarín

La alcaldesa accidental y concejala de Cultura, Comercio y Turismo, Mercedes Cantalapiedra Álvarez, y la concejala de Atención y Participación Ciudadana, Domi Fernández Rodríguez, han inaugurado la exposición “Vicente Escudero. Dibujos de una vida. 1888-1980”, que se exhibe en el centro cívico que lleva su nombre y que reúne veintiocho obras originales del genial bailarín.

La muestra se suma a la conmemoración del 125 aniversario del nacimiento del artista en el barrio vallisoletano de San Juan, donde vino al mundo en 1888 este bailaor de fama universal, que está enterrado en el panteón de personas ilustres del Cementerio del Carmen. En su célebre Decálogo, que da a conocer en la sala “El Trascacho” de Barcelona en 1951, sentó las bases del baile flamenco puro.

Según ha recordado Mercedes Cantalapiedra, Escudero comenzó a bailar siendo niño en Valladolid con una formación totalmente autodidacta, que se completó con las enseñanzas recibidas posteriormente de Antonio de Bilbao. Siendo todavía un joven, se traslada a París y a partir de ese momento recorre los escenarios de Europa y América con su arte. 

Pero Vicente Escudero no sólo dedicó al baile su talento artístico, sino que también lo plasmó en el cine, la literatura, la pintura y el dibujo. La faceta de pintor es en la que se centra la muestra, para descubrir que Escudero no es un pintor al uso. Él mismo reconoció que no sabía ni dibujar ni pintar, “pero esa limitación tan terrible es la que me permite plasmar con toda libertad, sin trabas ni preocupaciones, mis ideas, por medio de esa forma de expresión que es el dibujo”. 

Artista rompedor 

A través de estos dibujos aflora un Vicente Escudero como artista rompedor, un creador que para manifestarse necesita ver en su imaginación lo que luego pintará. “No se detectan rasgos de enseñanza académica en sus obras, pero sus trazos denotan una gran capacidad para representar los movimientos, las coreografías, las actitudes de los bailarines, así como su sentido del color. Un dibujante sin técnica ni teoría. Un pintor de impulsos e intuiciones”, concluyó la concejala. 

La exposición permanecerá abierta hasta el 28 de noviembre.  

No es la primera vez que Valladolid homenajea mediante exposiciones a Vicente Escudero, ya que en 1994 y en 2001 protagonizó sendas muestras en la Casa Revilla y en Las Francesas, ésta última en colaboración con la Fundación Joan Miró y el Archivo Manuel de Falla. Por otro lado, dos esculturas dedicadas a su figura jalonan el Paseo Central del Campo Grande y la calle Santa Lucía, junto al Centro Cívico.

También conviene recordar que la Fundación Municipal de Cultura editó, en 1994, un millar de ejemplares de su obra más relevante, el libro Mi baile, considerada por los expertos como su gran legado para la danza universal.

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