lunes, 28 de octubre de 2013

El noreste de Valladolid acogerá las dos primeras calefacciones de distrito con biomasa

Los expertos lo denominan ’district heating’, en castellano calefacción urbana. La zona noreste de Valladolid estrenará de forma inminente esta fórmula, que permite, mediante una misma caldera y un circuito de tuberías, dar calor a diferentes edificios en un mismo distrito de la ciudad, lo que supone un ahorro económico importante, además de un paso más en la eficiencia energética y en el cuidado del medio ambiente.

Esta primera experiencia ’comunitaria’ en Valladolid tendrán lugar en dos espacios con un gran número de usuarios: las instalaciones del centro integrado de Pajarillos, por un lado, y los campus Miguel Delibes y Esgueva de la Universidad de Valladolid, en total 23 edificios académicos y otros siete municipales o de la Junta, que se sitúan en su entorno, según publica El Norte de Castilla. 

En ambos casos, se apostará por la biomasa, el combustible forestal que gana día a día terreno frente al gas natural y a la electricidad al aportar el mismo confort, ser mucho más barato y reducir de forma total las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera. Sin contar con que la materia prima es de la tierra.  

El Ayuntamiento de Valladolid está cerrando el pliego para sacar a concurso la ’red de calor’ para cuatro inmuebles municipales que se agrupan en el entorno del antiguo mercado central. El centro de mayores zona este, el espacio cívico, la piscina cubierta Henar Alonso Pimentel y el polideportivo del colegio Narciso Alonso Cortés se calentarán desde una misma fuente.  

El proyecto contempla la construcción de un edificio de 150 metros cuadrados detrás del vaso climatizado donde se instalará una caldera de biomasa con su correspondiente silo para templar estas instalaciones municipales, que a diario son visitadas por más de dos mil personas, según los datos aportados por los diferentes departamentos que las gestionan.

Estos cuatro edificios consumen anualmente 2.310 megavatios y el ahorro previsto sobre la actual factura en diez años será de 312.964 euros, cerca del 50%. La principal ventaja de esta fórmula es que la inversión para el Ayuntamiento es cero. El adjudicatario asume íntegramente el coste de la instalación –297.211 euros– y durante el decenio los ahorros generados sirven para amortizarla, pagar el mantenimiento y el combustible.  

En este tiempo el ahorro en el recibo municipal será de 30.000 euros, a razón de 3.000 por año. Cumplida la década, la caldera pasa a manos municipales y, a partir de ahí, el Ayuntamiento únicamente tiene que hacerse cargo del mantenimiento y de la biomasa que alimenta el sistema. Es en ese momento cuando el ahorro se dispara y puede bajar el coste de la factura por consumo a la mitad. 

A día de hoy el kilovatio generado con ’pellet’ (el compuesto de serrines de madera) le cuesta al Consistorio cuatro céntimos de euro frente a los 25 céntimos con electricidad, los 6,5 céntimos de gas o los 15 de gasóleo. En el caso de la caldera comunitaria para Pajarillos se ha apostado por las astillas, más baratas aún, con un precio de 1,5 céntimos por kilovatio.

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