martes, 12 de noviembre de 2013

Declarada ilegal una antena de telefonía móvil en la plaza Ribera de Castilla

Por sentencia firme de 14 de octubre pasado, el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León resuelve a favor de la Asociación Vecinal Rondilla el recurso de apelación interpuesto por la empresa de telecomunicaciones Vodafone y confirma la del Juzgado de lo contencioso-administrativo nº 4 de Valladolid de 22 de noviembre de 2012, que falló como no ajustada a derecho la instalación de una estación base de telefonía de esa empresa en el edificio de la plaza Ribera de Castilla 12 y 13, en el barrio de la Rondilla, con imposición de costas a Vodafone.

El Tribunal declara “la nulidad de las licencias concedidas por el Ayuntamiento de Valladolid, tanto la de obras como la ambiental, acordando, como consecuencia necesaria de la invalidez de las licencias, la clausura de lo instalado y la demolición de lo construido y ello sin perjuicio de lo que pueda resultar de las actuaciones que el Ayuntamiento pueda llevar a cabo para restaurar la legalidad urbanística y ambiental”. 

La Asociación Vecinal ha presentado un recurso de apelación ante el mismo Tribunal para clausurar y desmantelar, por las mismos motivos de la sentencia ahora emitida, una segunda estación de telefonía móvil de Telefónica existente en el mismo edificio. 

Igualmente, luego de continuadas resoluciones administrativas del Ayuntamiento, se ha resuelto favorablemente la denuncia de la Asociación de instalación clandestina de telefonía móvil, una del tipo denominado picoantena, camuflada en un local en el número 45 de la calle Cardenal Torquemada, que ha cesado en su nociva actividad y desmantelada. 

Con anterioridad, según la Asociación, fue desmantelada voluntariamente otra detectada en la calle de Las Moradas, una vez informado el propietario del comercio, de los negativos efectos sobre la salud, también para la suya y de sus clientes. Una segunda, en la misma calle, instalada en un supermercado, ha sido desconectada y no emite, aunque sigue instalada. 

“Esta circunstancia de camuflaje es habitual para eludir la obligada petición de autorización al Ayuntamiento y emitir clandestinamente sin control alguno, ya que prácticamente son invisibles”, afirma el colectivo vecinal. 

No obstante, añade, “con equipos detectores adecuados, la Asociación peina periódicamente las calles del barrio para localizar los puntos negros de emisión de ondas electromagnéticas”.

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